miércoles, 17 de junio de 2009

“Lucrar con niños es una de las peores miserias humanas y un tipo de abuso”





Amplia repercusión tuvo ayer la noticia de la medida que tomó la diputada correntina María Josefa Areta al enviar al Congreso de la Nación un proyecto de resolución que pide protección de los derechos de los niños en la televisión, en particular, por la participación de éstos en el programa de Marcelo Tinelli Bailando Kids.



El proyecto de resolución presentado por la diputada María Josefa Areta al Congreso de la Nación, en el que pide protección de los derechos de los chicos en la televisión, generó un cruce de opiniones. Darío de Jesús acusó a quienes lucran con los pequeños.


Los padres de Valentina Balbi, la niña que representa en el certamen a Corrientes, prefirieron no opinar, aunque manifestaron estar conformes con la participación de su hija. El licenciado en Psicología Hilce Darío de Jesús también se animó a opinar y acusó a quienes lucran con los pequeños y “descentran su realidad de infante”.

Posturas a favor y en contra generó el inicio del ciclo 2009 de Bailando Kids, no sólo por la vestimenta de los chicos, sino por las coreografías, los movimientos sexys y los diálogos con el conductor que siempre giran en torno a relaciones amorosas entre los chicos. En fin, estuvieron los que aplaudieron la nueva modalidad del show, pero también aquellos que fustigaron la iniciativa.
Es el caso de la diputada correntina, que llevó su malestar hasta el Congreso de la Nación y con ello despertó la polémica por la participación de los menores en este tipo de ciclos. Coincide justamente su acusación contra un certamen del que participan dos niños de Corrientes, Valentina Balbi y Augusto Fernández.
Consultada por este medio, la madre de la niña dijo que conocía el proyecto de la diputada, pero que prefería no opinar “porque mucha gente habla sin conocer cómo son las cosas”. Sin decir más, afirmó que está conforme con la participación de su hija en el concurso.
De Jesús fue contundente con su análisis de la realidad al manifestar que la presencia de los chicos de tan corta edad en un certamen de baile, donde la sensualidad y las poses sugestivas son parte del show, significa “desnaturalizar la realidad del niño”.
En este tipo de espacios, explicó, “no hay limite para desintegrar a un niño”. Con las poses que se introducen en la coreografía se los “carga de elementos genitales, sin que sea la etapa adecuada”. Esto implica “descentrar su realidad de infante”.
Señaló luego que, si bien los niños de esa edad (los participantes tienen entre 8 y 12 años) ya tienen conciencia del otro sexo y de la sexualidad, De Jesús expresó que “la erotización está presente desde la constitución”, y agregó que “la genitalidad es parte de la pubertad”.
Ante la consulta sobre los límites de intervención de otras personas o entidades, en casos en que los propios padres son los que permiten y alientan esta participación, señaló que “el problema es la paternidad posmoderna”.
“Trabajo e infancia son dos palabras que tienen una connotación positiva. Mientras que el trabajo dignifica a la gente, la infancia es una de las etapas más lindas de la vida del hombre. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando esos términos se combinan?”, agregó y prosiguió: “Lucrar con niños siempre es una de las peores miserias de la humanidad y es un tipo de abuso, ya que se concibe a los chicos como cosas y los expone así a diversas situaciones de violencia”.
Por ello, dijo: “Jugar a ser adulto no es lo mismo que el niño sea juguete de los adultos. No hay psicología, ni psicóloga que nos enseñe cómo criar a nuestros hijos. Pero sí hay una televisión que nos enseña cómo venderlos y cómo denigrarlos”.

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